Por Juan Tomás Valenzuela
Parece que la resaca
que dejó la Nochebuena,
frenó a la comarca plena
de ese jodío toma y daca.
No se le ha visto la placa
a esos sucios dembowseros,
tampoco a los bachateros
con su güira y su tambora,
que tanto gusta a La Tora
y a sus socios traqueteros.
Salí a andar en la passola
que yo le alquilo al Ateo,
y estuve frenando feo
detrás de un chin de champola.
No vi ni de carambola
ningún colmadito abierto,
Gualey estaba desierto,
lo mismo que el Luperón,
y no encontré un colmadón
que me vendiera un cubierto.
La ciudá estaba morida
después del jumo de anoche,
y en la calle no había un coche
con la música encendida.
Por más que busqué comida
pá quitarme el malestar,
no encontré dónde comprar
ni un chinchilín de mondongo,
pues tan solo había mofongo,
pero caro, y frente al mar.
Así como la ciudad
ayer pasó un día tranquilo,
así mismo anda Danilo
rogando a Dios por piedad.
El ungido de Bagdad,
pretende pactar con Luis,
y también la meretriz
que fue vicepresidente,
pá que le pelen el diente
a aquel cornudo infeliz.
Juan de los Palotes
25 diciembre 2022